sábado, 3 de julio de 2010

Vastedad

Vastedad.
Memorias 01. Cuando la bóveda celeste termino por morir.

El cielo de este lugar es demasiado oscuro, Como si dios y la vida hubieran escapado hace ya muchos años y hasta ahora no sé mucho más de los miles de rumores que corrían de boca en boca en la ciudad de donde vengo. Pero la realidad me estremece, Me llena de frío y hace que mis pulmones tiemblen, Sí, en este espacio el aire casi no existe y no se ve más que la nada misma que no se puede cortar con el horizonte.

- ¡Hey Vincent! El camino es por acá, apresúrate.

- Ehhh... Sí, ya voy.

[Pero aún no dejaba de grabar en mí memoria los paisajes muertos que tenían enfrente, la ausencia de calidez y la atmósfera saturada]

Continuamos caminando hacia al lugar que llamaban Amertris, los rumores ya no suponían una amenaza y mi mente estaba tranquila.

- ¿Recuerdas los tiempos antiguos, donde nos sentíamos libres de discernir?

- Sí, el pasado aun no ha corrompido mis recuerdos. Desde aquel entonces una gran cantidad de el mundo dejo de existir, simplemente todo lo que que había en esos lugares quedo reducido a vacío, desde entonces las generaciones que han nacido, son incapaces de contemplar el sol o saber que hay más allá de la techo gris que nos cubre y eso nos hace pensar que el cielo ya no existe.

- Tienes razón compañero los tiempos han cambiado, pero esperamos. Si es que Dios existe, que nos lleve a la paz y que haga que nuestras voces se levanten ante quienes nos oprimen, De una vez por todas, deseamos a lo menos, ver la luz nuevamente.

Así pasaron los minutos, entre cigarrillos, opiniones y miradas que a lo menos mantenían algo de cariño y un extraño sentimiento de familiaridad.

- Mira, desde aquí puedo verla. Al parecer los rumores no estaban tan equivocados. Pero no importa, debemos continuar con nuestros planes.

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