jueves, 19 de noviembre de 2009

Así comienzan las nuevas historias.

Empezaron aquellos días a los cuales nunca pensabas llegar, obviamente sabia que tarde o temprano llegaría el momento de cerrar una página y dar comienzo al nuevo borrador de la vida. En mí caso yo no quería que llegara, pensaba que siendo como estaba en la circunstancias en que dije esas palabras mi vida seria perfecta, pero no fue así y ahora me doy cuenta que estaba totalmente equivocado.

Sí, en ese momento las cosas eran un vacío y una brecha gigante a lo que estoy convertido ahora. El paso de los años va demostrando las miles de facetas del aprendizaje y las experiencias que se hacen parte imborrable de tu paso por la tierra. Claro que hasta ahora mi transición por este lugar no ha sido algo totalmente normal y estoy de acuerdo, mi manera de aprender y analizar mi entorno me hizo diferente y esa fue una de mis virtudes que fui aprendiendo a conocer con dolor. Mi di cuenta que en parte yo era algo diferente, era pequeño y no tenía mucho en común con las personas y fue así hasta bien avanzada mi adolescencia que fue totalmente solitaria. Todavía es así y conozco los motivos, pero me gusta la manera en que aprendo cada día las cosas nuevas y se que llegará el momento de comenzar otra página para toda esta historia.

En este momento sentía unas ganas de escribir muy profunda y no me importa a estas horas mantener cierta estructura en esta mierda de escrito jajá. Es bien entrada la noche y estoy semi aturdido de sueño; dándome el tiempo a mi mismo de escribir las miles de cosas sin sentido que tengo para contar. Todos aquellos cuentos que escribo sumergido en la música y que sinceramente se convierten en el vertedero de mi alma y sobre todo de mi corazón.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Caminando por la ciudad.

Vivo en una calle repleta de bullicio, de grandes postes y con una carretera muy ajetreada. La vida en este lugar es muy distinta a la del centro de la ciudad, hay grandes casas y la mayoría son bonitas, hay viejas copuchentas y a su vez gente sencilla.

Me gusta mucho mirar por la ventana, ver la gente caminando, mientras me tomo el tiempo de analizar y prender un cigarrillo y ver también los miles de juegos que hacen las nueves en el cielo. Cuando cae la noche todo es tranquilo y de hecho hasta se pueden escuchar las olas chocando contra a las costa a lo lejos.

Es agradable hasta cierto punto, me otorga tranquilidad y en más de alguna ocasión bienestar. Pero se va avanzando y se llega a un centro horrible, repleto de arquitectura saturada y espacios seudo modernos, contrastando con la gran cantidad de edificios feos y malcuidados con el típico olor a puerto. Se destacan en estos lugares los grandes monumentos que para mí no son más que desperdicio de plata, las micros que parecen latas con ruedas y todo el ambiente decadente que envuelve todas esas zonas.

Pero aun así me gusta, todos estos espacios hacen que yo y mis mil historias hueonas tengan un aire diferente.