jueves, 24 de junio de 2010

El coma de la catarsis.

Me gusta pensar en la música como una de las más maravillosas creaciones luego de el razonar humano, como una sustancia etérea que se aferra dentro de nuestras venas y los canales de nuestra conciencia para luego llevarnos en un viaje infinio que haga mezcla entre los sentimientos que nuestran palabras no alcanzan a describir.

La música en esencia, para mí, es la voz oculta de el alma,, el reflejo de la existencia de momentos invisibles, las letras y palabras de un corazón que se queda mudo ante los acontecimientos de el entorno. El arte, va más alla de el querer manifestar y aceptar conceptual una idea, es simplemente la vía de escape de nosotros como seres y por lo mismo, al recibir una pieza o una obra de arte logramos conectar, no solo nuestra mente, sino nuestro plano espiritual con la esencia de un trabajo.

Por lo mismo al oír una nota, un instrumento o una garganta afinada. Mi cuerpo se estremece, mi alma percibe el mensaje y descifra en un acto sublime de el cual, con mis palabras, ni siquiera con un libro podría encontrar la respuesta o las frases más acertadas para poder decir de una forma cierta, lo que la música es capaz de generar en mí y en lo que me rodea.

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