viernes, 11 de diciembre de 2009

Un grito, cuyo eco me responde nada...

La arena se pegaba en mis extremidades, frotando mi piel con seuda suavidad. No esperaba el clima de aquel día, era viscosamente bochornoso, sin luz, nada más que nubes y calor desesperante.

Algunas partes me recordaban escenas de películas, el horizontes que por una extraña razón siempre termina siendo imperturbable, los finales de un viejo muelle que se pierde en el deterioro y en cuyo lugar me encataria permanecer para ver el amanecer

Hum, se me agotaron las ganas de escribir.

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